Una fragancia intensa, provocadora e hipnótica, inspirada en la mujer fatal más enigmática de la historia. El néctar nocturno y carnal de una flor prohibida, imposible de olvidar. Florece después de la puesta del sol y su olor obsesivo habita en las habitaciones y permanece en las pesadas cortinas de terciopelo. Mata Hari, escasamente vestida, baila a la luz de la luna, realizando lánguidos movimientos exóticos con calculada lujuria. Sus ojos oscuros tienen la profundidad de los abismos del océano. Su cuerpo se ondula con infinita gracia entre los velos flotantes y los embriagantes aromas de sus perfumes. Miradas sensuales. Un nardo intenso se desprende de su piel ambarina y su masa de pelo negro. Habla de amores secretos y deseos inconfesables, y nos arrastra lejos, hacia un Oriente magnético y misterioso, inaccesible a los ojos. Permanece incluso después de que ella se va,