La Venus de Milo fue descubierta en la isla griega de Milo, en el corazón del archipiélago de las Cícladas, en el año 1820. Desde el momento en que fue desenterrada por los arqueólogos, la estatua tuvo ya un éxito arrollador. Esta estatua fue esculpida mediante la técnica de piezas agregadas, que consiste en elaborar cada uno de los distintos elementos que la conforman de forma separada para luego unirlos todos en una pieza final, y se distingue por su edad particularmente avanzada. Los expertos estiman que la estatua fue esculpida en mármol en el año 100 AC. También afirman, debido a la presencia de unos agujeros de fijación, que la diosa estaba originalmente adornada con joyas. En cuanto a sus brazos, todavía a día de hoy no se han vuelto a encontrar. La Venus de Milo del Louvre conserva una gran parte de sus misterios.