Las personas necesitan el equipo adecuado para lograr el máximo rendimiento. A finales de los años 80, Michael Jordan era considerado uno de los mejores jugadores de la liga estadounidense de baloncesto. Sin embargo, a pesar de su extraordinario talento, nunca ganó ningún campeonato. Sólo hasta que tubo el equipo y la gestión adecuados pudo liberar todo su potencial y empezar a ganar campeonatos con los Chicago Bulls. Su historia muestra que para lograr resultados verdaderamente extraordinarios y alcanzar el máximo rendimiento, es necesario rodearse de personas en las que pueda confiar. Michael Jordan también recibió orientación de entrenadores personales y otros profesionales que lo ayudaron a llegar a la cima. Los líderes deben darse cuenta de que, para muchas tareas, otras personas tienen mejores habilidades y conocimientos que ellos. Los líderes deben dirigir su energía y atención exclusivamente a las tareas importantes para las que están mejor capacitados, para lograr el éxito de sus proyectos en un tiempo razonable.